La propuesta para el Pabellón de España en la Exposición Universal de Osaka 2025 se plantea como si se tratara de un viaje en el tiempo, y en el espacio. En el tiempo, porque resigue y resalta la tradición milenaria de España como país explorador de todos los mares, océanos y confines. Y en el espacio, porque el propio pabellón se concibe como una topografía encapsulada: una muestra a escala real de la diversidad, esplendor y riqueza de los paisajes costeros y marítimos del país, envueltos bajo una liviana capa traslúcida, como si de la atmósfera se tratara.
Así pues, más que un pabellón, o un objeto arquitectónico, la propuesta resulta prácticamente paisaje en su totalidad: dunas, lomas, arenales, rocas, peñascos, grutas, acantilados y arrecifes que emergen entre los distintos mares, y que se entremezclan con la exposición “El horizonte azul” que guía todo el recorrido. La geología desplegada, a veces escarpada, abrupta y sombría, pero también blanda, sinuosa y radiante, se presenta como continente y contenido a la vez, a fin de que el visitante se deje llevar por las corrientes de una exposición fluida y resonante, que destaca y evidencia la fecundidad de las relaciones que se establecieron en el medio marino a lo
largo de los siglos.