Este proyecto nació con la voluntad de construir, de construir ciudad y barrio a la vez. Hay dos escalas a las que queremos dar respuesta con esta solución. Creemos en la oportunidad como generadora de un conjunto de posibilidades infinitas, y este lugar articulado entre solares de la ciudad es el indicado para ello.

Por un lado, entendemos el meridiano como un nuevo corredor verde que conecta espacios con potencial verde, creando una transición de lo vegetal a lo mineral entre el 22@ y el Eixample. Potenciamos este hecho creando un verde continuo que une todos los límites. Aquí, la transición y las relaciones de vecindad son claves para lograr un ambiente de paz y confort. Naturalizar la ciudad para crear espacios de calma.

Por otro lado, el polideportivo se ubica en la parte más lógica y sensata, creando el mayor parque posible, confiriendo un espacio de relación con el edificio de la calle Sancho d’Ávila y generando un volumen de muy bajo impacto interior isla pero con tres fachadas que permitirán una buena iluminación de la pista. Este también se iluminará desde arriba con un juego de lucernarios integrados en el parque. La pista se convertirá en un nuevo espacio con el potencial de crear urbanidad provocada por la transparencia de la actividad deportiva, generando un ambiente luminoso en las viviendas de la calle Pamplona.

La pista emerge con mucha calma como un prisma rectangular elemental debido a su óptima construcción. El área de gradas se encuentra debajo del parque con vistas al exterior. Debajo de ellos se dispondrán los vestuarios. La administración y el hall de acceso constituyen el otro punto importante del proyecto. Configuramos con esta pieza la claridad del movimiento del usuario.